Si hay algo que caracteriza la obra de Rosario Bléfari es la imposibilidad de encasillarla dentro de alguna etiqueta. Esto se debe a que hizo tantas cosas y tan diferentes que se ganó un lugar en el podio de los artistas alternativos (quizá única etiqueta acorde). Ahora bien, promediando la primera década de este siglo, surgen una cantidad importante de nuevas bandas de rock, bajo el movimiento llamado “Indie” (El mató a un policía motorizado, Bestia bebé, Las ligas menores, 107 Faunos, Riel, etc.). Todas ellas profesando admiración e influencia de la obra de Bléfari. Sin embrago, no se quedaría en la cómoda solemnidad del referente de un movimiento, no fue la “Breton” del Indie, no hubo manifiesto ni reclamo de autoría, todo lo contrario. Rosario, por una cuestión de inercia, por compartir los lugares donde tocaba, se mezcló con la nueva generación. No adoptó la pose del artista inalcanzable o misterioso, si no que hizo algo coherente con su obra, armó nuevos proyectos, nuevas bandas con la generación que la veneraba. Así nació Sué Mon Mont con integrantes de El Mató y Reyes del Falsete, editaron un disco increíble en 2014 y se presentaron en los lugares habituales de la escena. En el 2018 formaría el dúo Los Mundos Posibles junto a Julián Perla cantante de Mi pequeña muerte y editarían uno de los mejores discos los últimos tiempos. Como dato extra, en el año 2015 se estrenó en el Festival de Cine Independiente de Mar Del Plata un documental sobre Suárez que a su vez trajo como regalo para los fans, la reunión 15 años después de la mítica banda sobre los escenarios. Luego de 30 años de trayectoria en la escena musical argentina, Rosario Bléfari nos deja una obra enorme, siempre a la vanguardia, siempre con la mirada puesta en el futuro. Una inspiración constante para todo el abanico cultural alternativo. Un ejemplo de artista que pudo estar en todos los lugares que se propuso. Estuvo ahí… y así permanecerá su legado para todx aquel que quiera disfrutarlo.